No deben conjeturar a discreción cosas que no saben, y tienen que tener un corazón de temer a Dios

28 Septiembre 2020

Jehová Dios dijo: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos” (Isaías 55:8). De aquí, se puede ver que somos incapaces de sondear lo que Dios hecho y dicho. Así que, como un seres humano, hemos de tener un corazón de temer a Dios y no debemos juzgar y adivinar arbitrariamente todo lo que viene de Él. La Palabra de Dios dice: “Tu corazón siempre debe ser reverente delante de Dios, debes ser moderado en tus palabras y acciones [...]. Cuando no entiendas cuál es la actitud de Dios, no hables con descuido, no seas negligente en tus acciones ni apliques etiquetas con irresponsabilidad. Más aún, no llegues a conclusiones de manera arbitraria. En su lugar, debes esperar y buscar; esto también es una manifestación del temor a Dios y de apartarse del mal”.

De “La Palabra manifestada en carne”

La Palabra de Dios nos dice que debemos tener principios y corazón de temer a Dios en cualquier cosa que hagamos o digamos, para que se ajuste con las verdades; y buscar la verdad, el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo con obediencia; y no juzgar y hablar indiscriminadamente de la obra de Dios cuando no la comprendamos, sino que hablamos según la medida de lo que entendemos y oramos a Dios buscando las verdades llegando a no analizarla ni juzgarla por nuestras imaginaciones. Sólo siendo así, podremos evitar ofender a Dios y recibir Su bendición.

Tal como Job perdió toda la montaña de ovejas y ganados, la calamidad también cayó sobre sus hijos, y su cuerpo se cubrió de llagas, él supo porqué estas cosas se sucedieron en él, pero él tenía un corazón de temer a Dios, no pecó con sus labios, ni juzgó ni se quejó de Dios por sus propias nociones e imaginaciones, sino que oraba y se apoyaba en Dios obedeciendo Su soberanía y la disposición, finalmente se mantuvo firme en su testimonio de Dios. Sin embargo, los tres amigos de Job no temían a Dios. No sólo no eran capaces de entender la voluntad de Dios, sino que conjeturaban y condenaban a sus antojos la obra de Dios, al final ofendieron a Dios. Otro ejemplo, cuando el Señor Jesús vino a llevar a cabo Su obra, las palabras y la obra del Señor Jesús no se encajaban con las nociones e imaginaciones de los fariseos, al ver esto, ellos lo hacían igual que los amigos de Job, no tenían ni un temor de Dios, e incluso se confabularon con el gobierno romano para clavar al Señor Jesús en la cruz, ofendieron el carácter de Dios, finalmente fueron castigados por Dios. Por eso, cuando no podemos ver con claridad cosas que nos vengan, no podemos sacar conclusiones apresuradas, especialmente, ahora estamos en los últimos días, el momento clave de recibir el regreso del Señor Jesús, al tratar del asunto de Su regreso necesitamos tener un corazón de temer a Dios, a pesar de que no se ajuste con nuestras nociones e imaginaciones, buscar con humildad es lo que debemos hacer. Es muy importante que no emprendamos el camino fracaso de los fariseos e imitemos a Pedro, Santiago y Job, etc, solo de esto modo, podremos ver la aparición de Dios y recibir el regreso el Señor Jesús.

A través de los intercambios de estos días, hemos entendido los tres principios de la práctica sobre cómo honrar a Dios, y si nos las pongamos en práctica en la vida real, nos convertiremos gradualmente en la persona que exalta a Dios y aprobada por Él. Tal como la Palabra de Dios dice: “[...]; comenzar a practicar el camino de temer a Dios y apartarte del mal desde ahora en adelante; lograr honrar a Dios, porque es grande en todas las cosas; no uses tus propias fantasías, tus puntos de vista ni tus creencias personales para definirte, definir a Dios. Si en vez de ello buscas Sus propósitos en todos los aspectos, logras una conciencia y un entendimiento de Su actitud hacia la humanidad, y usas el estándar de Dios para satisfacerle, ¡sería maravilloso!”.

De “La Palabra manifestada en carne”

Para conocer más: Nueva luz del Libro de Job: 3 manifestaciones principales del temor a Dios de Job